08 September, 2011

"¿y donde cargas el móvil?"



Me considero optimista. Por ejemplo: durante el viaje (podría decir también durante la vida), he oído muchas veces la de cosas malas que me iban a pasar (no dejan lugar a la posibilidad diciendo te podría pasar, sino, te va a pasar!). Evidentemente en muchos de los casos era para avisarme de algo donde me sirvió para acentuar mi atención. Pero eso no quita que en la mayoría de las veces fuera excesivo en frecuencia y en insistencia transmitiendo más bien una energía negativa y fatalista, que no protectora. Total, que podría afirmar que nada de las cosas malas que me iban a pasar me han pasado. Y no es suerte al azar, sino suerte que se busca, y naturalmente se encuentra y no voy a tocar madera para que continué así, he entendido que no hace falta, sé que continuara si yo la busco. Así que soy optimista por lo menos con mi vida. Mi entorno lo acepto tal y como es, o eso intento, y la sociedad es como es. No estoy en condiciones de decir si esta sociedad se va al carajo o es solo el principio a una utopía o yo que se, porque creo en el yin yang. De todas maneras, una observación que me llama la atención durante este viaje es la pregunta que más veces me ha echo la gente de a pie: "y donde cargas el móvil?". Esto me lo preguntan sin ni siquiera saber si tengo móvil, pero esto es lo de menos. Lo sorprendente es que cuando una persona, en la playa o en el bar, se entera que vengo desde Francia en kayak, que habré vivido mil y una experiencias, visto paisajes espectaculares o conocido a pueblos y gentes maravillosas, lo primero en lo que piense es en el móvil. Y no lo piensan como si fuera para mi un dispositivo necesario para un rescate o algo parecido, no. Lo piensan como lo piensan: el móvil, con la era i-phone esta en nuestro ocio, nuestro trabajo, nuestra organización personal, nuestras relaciones sociales, nuestra vida. La adicción es abismal. Y lógicamente la gente pregunta donde coño cargara este su i-phone (más lógica tiene aún sabiendo lo poco que dura la batería). Las vibraciones, los pitidos, las imágenes, las interacciones con una pantalla están eliminando y sustituyendo muchas de las habilidades naturales que poseíamos o deberíamos poseer. Ya no hace falta acordarte de una calle, del cumpleaños de tu abuelo, o de el horario de la biblioteca. La pantalla te lo dice o te avisa. A la que te separas del teléfono te sientes inútil. Como puede ser? Los años pasan, y te das cuenta que has estado 4 horas al día pegado al teléfono y 4 más delante del pc más dos de televisión durante 2, 5, 10 años? Es lógico que se nos cambien los valores y creamos una adicción a esta tecnología. Lo que más me sorprende es que muchos de los curiosos que me saludan con esta pregunta son niños.

Y por si a alguien le continua interesando donde cargo el móvil: si, tengo móvil, pero no hace falta que lo cargue tan a menudo porque es de lo viejos y aquellos duran más. Además lo tengo casi siempre apagado. En los bares, las bibliotecas o en los servicios del puerto siempre hay algún que otro enchufe.

Recordant el diari: amor per la costa brava




Al veure aquests dos nens pescant, no vaig poder evitar recordar la película "Mi Chica", on el nen pesca un peix, que desprès torna al aigua perquè a la nena li fa pena. Es una escena romàntica, igual que la foto. A la vegada però, hem recordo a mi de petit, a Llafranc entre les roques, descobrint racons de tot tipus com piscines naturals, o pedres d'allò més interessants i pensa que era la primera persona que descobria aquells llocs tant extraordinaris. Sembla mentida, però encara sento aquella màgia quan m'acosto a les roques costaneres, i durant aquest viatge se'n estant fent molts i molts de kilòmetres en roques costaneres on sorgeix la mateixa sensació de trobar llocs magnífics, veure paisatges insòlits i preguntar-te: això ho ha vist algú abans? se'n done conte la gent del mateix que veig jo? En fi, que jo de petit a Llafranc quant pescava un dels molts pops que vaig pescar (o hem saltaven al braç i jo corria tant com podia) no recordo tenir a ninguna noieta que hem digues que el tires al aigua, i si hi era jo no li feia cas, i esque el meu enamorament eren les roques, el mar, i descobrir-hi coses. Es per això que per mi aquesta foto (amb nena o sense) no deixa de tenir el seu toc romàntic.

Recordant el diari: el golf de roses


Ara ja comencen les fotos amb la càmera trencada, una oportunitat perquè el lector / internauta faci servir la seva imaginació ;-)


Creuar el golf de roses no va ser gens fàcil. El primer dia bufava molt garbí, tant que la gent que caminava per la platja anava 2 vegades mes ràpid que jo! Així que vaig intentar fer un tram a peu per arribar a Sant Pere Pescador, ja que m'havien promès una dutxa i un plat de menjar calent, i tal i com estava el dia s'havia de intentar. Fent un sobre esforç vaig aconseguir-ho. Al càmping "Las Palmeras" La Pili, en Joan Carles i els seus fills, la Carlota i en Romà, hem van rebre més que bé i els hi estic molt molt agraït. La primera dutxa del viatge, el primer àpat complert (molt molt bo) i el primer matalàs tou. Només hem vaig poder fer una foto amb la Carlota abans de marxar al dia següent, en el xiringo d'en Coldo on tenen molt bona música y un ambient molt relaxant.


L'altre meitat del golf la vaig fer, aquest cop amb tramuntana, i la única anècdota va ser remolcar a un alemany windsurfista que havia perdut la vela, i el vent se'l enduia cap a mallorca. Suposo que el home hem té ara en les seves pregaries.